El presidente filipino, Rodrigo Duterte, habla durante una rueda de prensa en Singapur, 17 de diciembre de 2016.
El presidente filipino arremete contra el Vaticano por las críticas que la Iglesia católica ha lanzado contra su campaña antidrogas.
“Ustedes dicen, Duterte es un asesino. Ustedes, sacerdotes, me culpen por la muerte de miles de drogadictos, incluso los que murieron en los hospitales, ustedes todavía me culpen a mí. Pero ustedes son los que mataron a Cristo”, declaró el miércoles el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, durante una fiesta navideña en la ciudad de Davao en la que participaron 2000 capitanes y concejales.
Las críticas de Duterte se produjeron después de que el Vaticano lanzara una exhibición de fotos en memoria de las víctimas de la lucha antidrogas que el presidente ha puesto en marcha en el país.
Asimismo, el jefe del Gobierno de Manila acusó a la Iglesia católica de ser hipócrita respecto a su campaña antidrogas y dijo que el Vaticano hasta no ha movido un solo dedo para ayudar a los más de cuatro millones de drogadictos en el país, a pesar de recoger grandes cantidades de dinero durante las misas.
“La Iglesia no da nada, pese a que recoge mucho. Mi declaración está llena de sarcasmo porque ellos (los sacerdotes) me han estado criticando. Ellos son hipócritas”, precisó.
En esta misma línea, apuntó el dedo acusador contra Washington por criticar sistemáticamente la campaña emprendida contra el narcotráfico sin preocuparse en lo absoluto por los millones de drogadictos en Filipinas.
Desde el 30 de junio de 2016, Duterte es presidente de Filipinas y ha conseguido fama internacional por sus duras críticas a EE.UU. y el cambio radical introducido en la política exterior del país asiático con las miradas puestas en el refuerzo de los lazos regionales con Rusia y China.
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