quarta-feira, 14 de junho de 2017
Recrudece la campaña de amenaza militar y sanción contra Corea del Norte
En los últimos días, EE.UU. recrudece la campaña de amenaza militar y sanción contra la República Popular Democrática de Corea.
Los compinches de Trump llevaron a cabo el entrenamiento de ataque preventivo nuclear contra Corea con las flotillas de dos portaaviones nucleares que, por primera vez de la historia, aparecieron juntos en el Mar Este de Corea y con los bombarderos estratégicos B-1B provenientes de su base en la isla Guam.
Seguidamente, despacharon un submarino nuclear al puerto surcoreano de Pusan.
El 30 de mayo pasado, realizaron hasta la prueba de interceptación de misiles.
El primer de junio, publicaron las medidas de “sanción independiente” contra RPDC y el día 3, fabricaron la nueva “resolución de sanción” al movilizar las herramientas de votación de la ONU.
Estos actos hostiles más brutales niegan y violan flagrantemente el derecho a la existencia y los otros soberanos de la RPDC y constituyen una provocación muy peligrosa y aventurera que lleva al extremo la situación de la Península Coreana.
Es un sofisma y clímax de despotismo y arbitrariedades que EE.UU. y sus seguidores cuestionaran las medidas de Corea para el incremento de las fuerzas de autodefensa nacional.
EE.UU. y sus satélites deben conocer bien que no podrán suprimir por nada el derecho soberano de Corea a la posesión de armas nucleares.
La RPDC no depondrá su arma nuclear aunque EE.UU., culpable principal que obligó a la primera a la posesión de ese artefacto, habla ahora del “diálogo” engañoso a condición de la “cancelación nuclear total” y endurece la sanción y la presión militar.
EE.UU. y sus satélites deben dejar su irrisoria ambición de asustar a la RPDC con la demencial campaña de sanción y amenaza militar.
Para Corea que empuña fuerte el armamento nuclear más poderoso del mundo, no valen nada la fanfarronada y el despotismo al estilo de EE.UU. que ataca militarmente sólo a los países sin armas nucleares y a las naciones débiles.
Mientras persista la campaña de sanción y presión militar anti-RPDC, se adelantará cada vez más el momento del fin trágico del imperio americano.
EE.UU. debe ver bien cuál es su rival y dejarse de la locura estúpida y suicida de incitar la detonación del arsenal nuclear repleto de Corea mediante la sanción provocativa y la imprudente presión militar.
Nosotros despositamos la esperanza en ustedes, amantes a la paz y apreciadores de la dignidad, sigan siendo testimonios en tomar las medidas más fuertes en condenación a EE.UU. que amenaza severamente no sólo la paz de la Península Coreana y la región, sino también la del mundo y continúa en su locura de fabricar toda especie de “sanciones” contra Corea soberana para presionarla militarmente y asfixiarla económicamente y testimonios en desplegar con más energía el movimiento internacional en demanda al cambio de la política hostil de EE.UU respecto a Corea.
Fraternalmente.
Comité Coreano - Latinoamericano y del Caribe