Los grupos armados terroristas radicados en la ciudad de Idlib se han enzarzado en los enfrentamientos más serios desde el comienzo del conflicto sirio en 2011.
De acuerdo con los activistas locales citados el sábado por los medios sirios, los distritos orientales de la referida ciudad noroccidental siria han sido escenario de feroces combates entre el llamado Organismo de Liberación del Levante, un grupo vinculado a Al-Qaeda, y el Ejército Libre Sirio (ELS).
El referido organismo afirma que sus unidades han dado con una célula durmienta afín al EIIL (Daesh, en árabe), y tras una redada exitosa en su sede, mataron a uno de sus integrantes y capturaron a otro, mientras que también se hicieron con los artefactos explosivos improvisados (IED, por sus siglas en inglés) que hallaron en el sitio.
Sin embargo, los activistas de la oposición en Idlib sostienen que el cuerpo parapolicial de este organismo atacó el viernes al ELS, apoyado por Estados Unidos y Turquía, entre otros países.
Los enfrentamientos, que aún continúan, surgieron después de varios números de asesinatos o intentos de asesinato contra los altos cargos de ambas bandas. Todavía no hay detalles sobre el balance exacto de las víctimas que han dejado los choques.
La semana pasada, las fuerzas tribales de Al-Mawali amenazaron al llamado Organismo de Liberación del Levante con una gran ofensiva conjunta con todas las tribus de Idlib y Hama (centro), si los terroristas mantienen su negativa para liberar a los cautivos.
Los conflictos ponen en evidencia la hostilidad en aumento entre los grupos respaldados por Catar y las facciones radicales patrocinadas desde Arabia Saudí.
La estratégica provincia de Idlib, que se encuentra junto a las fronteras con Turquía, se ha convertido en el principal bastión de los grupos armados en Siria desde diciembre pasado, cuando el Ejército sirio logró expulsar a todos los terroristas de la ciudad septentrional de Alepo.
Desde entonces, las bandas armadas han mantenido varias peleas con el objetivo de marcar territorio y dominar los cruces fronterizos, que es un negocio lucrativo para los grupos terroristas, ya que otorga un virtual monopolio de la ayuda y las armas que son traficadas desde Turquía a Siria.
Los grupos armados también suelen cobrar dinero a la población que circula por los puestos y las rutas bajo su control, un hecho que ayuda a financiar sus actividades militares.
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