Los ejercicios militares conjuntos que los imperialistas yanquis y los títieres surcoreanos desarrollan frenéticamente movilizando las fuerzas armadas agresivas de más de 300 mil efectivos y todas las propiedades de estrategia nuclear duplican más la peligrosidad de la situasión creada, pues estos ejercicios prestan primera atención a la ejecución de la “operación especial” que tiene como objeto la “eliminación” previa de nuestro “ordenador” y la destrucción de todos los objetivos estratégicos importantes para frenar el fortalecimiento del disuasivo nuclear del ejército y el pueblo coreanos y arrebatar el derecho al uso de armas nucleares.
Tales ejercicios son sin precedentes, tanto por su perverso objeto e intención como por su número de fuerzas y medios movilizados.
En relación con que la situación creada se llegó al punto que ya no se puede cometer ni una negligencia más, el vocero del Estado Mayor del Ejército Popular de Corea hizo pública el 26 una advertencia a los provocadores.
“Primero. Puesto que se puso clara la intriga de la “operación especial” de los imperialistas norteamericanos y los belicistas surcoreanos contra la máxima dignidad de la RPDC y fue descubierto hasta su intento del peligrosísimo “golpe preventivo”, anunciamos la posición de nuestro ejército de aplastar despiadadamente todas las maniobras arriba mencionadas mediante la operación especial preventiva y la batalla de golpe adelantado al estilo coreano. ...
Segundo. Tienen que estar presentes siempre de que se emprenderá en culaquier tiempo y sin advertencia previa el golpe implacable de nuestro ejército, mientras que están emplazados invariablemente en el Sur de Corea y su alrededor los medios operacionales y los efectivos de los Estados Unidos y el Sur de Corea, movilizados en la “operación especial” y el “golpe preventivo” contra la RPDC. ...
Tercero. El inicio de la “operación especial” y el “golpe preventivo” contra nosotros servirá del evento histórico que anuncia la destrucción trágica del imperialismo norteamericano y el arruinamiento final los títeres surcoreanos. ...”
Nuestro ejército no dice palabras vanas y EE.UU. y los títeres surcoreanos deben reflexionar de las consecuencias destructivas que se emanarán de sus imprudentes locuras militares.
