Un grupo de generales y almirantes retirados de EE.UU. ha alertado el riesgo de reducir el gasto del Departamento de Estado, tal y como lo ha ordenado Trump.
Mediante una misiva dirigida a los líderes del Congreso y a los principales secretarios gubernamentales, 120 antiguos altos mandos criticaron el lunes la decisión del presidente Donald Trump de aumentar el presupuesto militar y reducir los fondos destinados a la diplomacia y programas de ayuda exterior de EE.UU.
“Sabemos por nuestro servicio de armas que muchas de las crisis que nuestra nación enfrenta no tienen solo una solución militar. Y esto incluye desde hacer frente a la violencia extremista de grupos como EIIL (Daesh, en árabe) en el norte de África u Oriente Medio hasta prevenir pandemias como el Ébola o estabilizar Estados débiles y frágiles que pueden detonar la inestabilidad”, indica la carta.
Los generales, entre los que figuran el exdirector de la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA, en inglés) David Petraeus y el exjefe de las fuerzas armadas George Casey; destacaron la importancia del servicio diplomático y sus agencias de cooperación, como la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), para garantizar la paz en el país norteamericano.
“Son críticas para prevenir el conflicto y reducir la necesidad de enviar a nuestros hombres y mujeres al frente”, apostillaron.
Tras insistir en que el recorte implica una dependencia peligrosa de las armas, explicaron que para frenar la actividad de inductores del extremismo es necesario tener socios civiles fuertes ya que los militares son capaces de luchar contra el flagelo solamente en el campo de batalla.
Su reacción se produjo luego de que el presidente Trump propusiera el lunes aumentar el gasto militar en 54 000 millones de dólares (un 9.3%), con lo que será el presupuesto de defensa más alto del mundo y fortalecerá el Ejercito estadounidense.
Expertos en defensa han cuestionado el aumento previsto en el gasto militar, que ya asciende a unos 600 000 millones de dólares anuales, cuando el presupuesto del Departamento de Estado y de la ayuda exterior asciende a 50 000 millones de dólares por ejercicio. El presupuesto de EE.UU. en defensa equivale a aproximadamente el 40 % del gasto mundial en esa partida.
EE.UU. experimentó otro drástico aumento de los gastos militares durante el mandato de George W. Bush (2001-2009) cuando Estados Unidos invadió Irak y Afganistán.
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