Integrantes del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) en Alepo (Siria).
Venezuela denuncia ante las Naciones Unidas el doble rasero de ciertas potencias en la lucha contra el terrorismo y afirma que las intervenciones occidentales han alimentado esta lacra.
En un debate abierto del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) sobre la amenaza global del terrorismo celebrado el jueves, el embajador venezolano ante este órgano de 15 miembros, Rafael Ramírez, criticó la “falta de voluntad política” para hacer frente al terrorismo y el estímulo y uso de este flagelo como un arma para derrocar a gobiernos de países soberanos.
Las intervenciones extranjeras bajo la doctrina del cambio de régimen, sobre todo la invasión a Irak en 2003 y las agresiones a Libia en 2011, crearon las condiciones para el nacimiento del EIIL (Daesh, en árabe), Al-Qaeda y otras organizaciones que siembran destrucción y muerte en Oriente Medio, el Norte de África, Europa, Asia y el Sahel, advirtió.
“No hay terrorismo bueno y malo, ni se puede instigar el flagelo para derrocar y desestabilizar a gobiernos de países sobreaños sin consecuencias”, destacó, al tiempo de advertir de que la lucha contra el terrorismo no resultará exitosa si está en el marco del “doble rasero”.
De acuerdo con el diplomático venezolano, los grupos terroristas han alcanzado tal poderío militar sin precedentes que incluso son capaces de desafiar a los ejércitos de los países donde radican.
“Sus arsenales incluyen armas pesadas, misiles y artefactos químicos. ¿Quién se los dio?, ¿quién los mantiene?”, preguntó.
Además, dijo que llama la atención la facilidad con la que las bandas terroristas realizan operaciones complicadas, como el contrabando de crudo, insertarse en el sistema financiero global, usar las redes sociales para el reclutamiento de jóvenes y promover sus mensajes de odio.
En esta línea, reprochó que las gigantescas empresas occidentales que dominan la red de redes se hayan convertido en una herramienta para hacer engrosar las filas del Daesh u otros grupos en Siria o Irak.
Solo en Siria, el conflicto estallado en 2011 ha dejado más de 270.000 muertos y varios millones de desplazados internos, según cifras del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), con sede en Reino Unido.
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